Académica de la UAM, una de los 50 líderes del sector Agua en México 2025

Violeta Núñez Rodríguez atribuye el reconocimiento al trabajo conjunto entre academia, comunidades y medios de comunicación independientes
La universidad juega un papel clave, no sólo desde la docencia, sino como actor que incide en los territorios y en las decisiones legislativas que afectan a millones
En un contexto nacional marcado por la crisis hídrica, el cambio climático y el avance de modelos extractivos, la doctora Violeta Núñez Rodríguez, investigadora del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fue reconocida como una de las 50 líderes del sector agua en México 2025.
“Este reconocimiento no es mío, es fruto de un trabajo colectivo”, afirmó con claridad la académica, al referirse a su inclusión en la lista de líderes del agua. “Desde hace años, en la Unidad Xochimilco hemos construido un modelo que parte de la realidad, desde la investigación, la docencia y el vínculo con las comunidades. El sistema modular nos permite comprender el territorio más allá del escritorio”.
Esta labor ha sido enriquecida por la articulación con medios de comunicación independientes como Rompeviento TV, que han amplificado las investigaciones de la profesora sobre el agua, la minería y el litio, posicionándolas en el debate nacional. Gracias a esta alianza, su trabajo ha tenido incidencia en el diseño de políticas públicas, como la reforma a la Ley Minera en 2022, que declaró al litio patrimonio de la nación mexicana y la reforma de 2023 que estableció restricciones para concesiones en zonas sin disponibilidad del líquido vital.
Núñez Rodríguez refirió en entrevista que este tipo de reconocimientos fortalece el trabajo docente, el de estudiantes, colectivos, pueblos y universidades comprometidas con la defensa de los bienes comunes. “Estamos en una emergencia global, y la universidad juega un papel clave, no sólo desde la docencia, sino como actor que incide en los territorios y en las decisiones legislativas que afectan a millones”.
El reconocimiento visibiliza una trayectoria que ha entrelazado el rigor académico con el compromiso social, y que ha incidido en debates estratégicos en materia de política pública, justicia territorial y gestión de los bienes comunes.
La especialista se ha caracterizado por una visión crítica de los procesos de mercantilización y despojo del agua, ya que desde sus investigaciones y el trabajo de campo que realiza con pueblos indígenas y campesinos, ha denunciado el avance de la financiarización del líquido vital, al mismo tiempo que ha documentado las resistencias locales y sus concepciones ancestrales del territorio.
De la mercantilización al acaparamiento financiero del agua
Uno de los ejes centrales del pensamiento crítico de la doctora Núñez Rodríguez es la forma como el agua ha sido progresivamente transformada en mercancía, pasando de ser considerada un bien común a convertirse en un activo financiero. “El capital ya no concibe el líquido vital como un recurso natural, sino como un futuro financiero, un commodity que se especula en los mercados”, aseveró.
Este modelo, impulsado por actores empresariales y por modelos de desarrollo extractivistas, ha generado una presión sin precedentes sobre los territorios. En su diagnóstico sobre el acceso al agua en comunidades rurales e indígenas, advierte que el acaparamiento hídrico va de la mano con procesos de despojo territorial, desplazamiento forzado y exclusión. “Los pueblos no son consultados. Se les arrebata el bien hídrico para proyectos agroindustriales o inmobiliarios, sin considerar sus visiones sobre el territorio y la vida”, puntualizó.
A diferencia de la concepción empresarial, las comunidades indígenas entienden el agua como parte de las venas de la Madre Tierra, elemento vital para alimentar el maíz, los cultivos y el tejido comunitario. Esta concepción ha sido históricamente ignorada por los marcos legales, como la Ley de Aguas Nacionales, la Ley Agraria y la Ley Minera, que, de acuerdo con Núñez Rodríguez, requieren una profunda revisión y transformación.
La doctora ha centrado parte de sus investigaciones en el análisis del litio y su relación con la crisis hídrica. Desde una mirada territorial, señaló que la minería de litio, aunque aún incipiente en México, implica riesgos ambientales severos.
“En Sonora se encuentra el mayor yacimiento de litio en arcilla del mundo. Las empresas transnacionales, especialmente una de origen chino, ya habían acaparado el territorio. Lo iban a extraer y llevar a Asia, sin que se viera ningún proceso de cadena de valor en México, solo la extracción”, explicó.
Este modelo de extracción sin transformación, reproduce una lógica de subordinación económica y ecológica; “no solo se entrega el recurso, sino también el agua. Cada proceso de minería consume grandes volúmenes de líquido, afectando regiones que ya enfrentan estrés hídrico”, alertó.
Aunque la reforma de 2023 a la Ley Minera estableció restricciones a las concesiones en zonas sin agua, en áreas naturales protegidas y en regiones donde la actividad minera representa un riesgo para la población, indicó que estos avances enfrentan presiones por parte de grupos empresariales que buscan revertirlos.
Megaproyectos y el modelo extractivista
Uno de los temas más preocupantes para la doctora Núñez Rodríguez es el impacto hídrico de los megaproyectos contemplados en el Plan México y el Corredor Interoceánico. En total, se planea la construcción de más de 100 parques industriales, con la creación de polos de desarrollo que tendrán implicaciones hídricas profundas. “Estos desarrollos se inscriben en un modelo económico extractivista, que prioriza la industrialización por encima del bienestar de las comunidades”, aseguró.
La académica subrayó que la planificación de estos proyectos no ha considerado la disponibilidad del recurso hídrico, ni ha consultado adecuadamente a las poblaciones afectadas. “Necesitamos una alerta nacional. No se puede seguir privilegiando los intereses de las empresas por encima de los derechos de los pueblos al agua y al territorio”.
En este marco, consideró urgente transformar el modelo de gestión hídrica en México. Para ello, propone revisar de manera integral la legislación existente, incorporar las propuestas de colectivos ciudadanos y establecer mecanismos de participación real y vinculante.
Desde su experiencia como investigadora y profesora en la Unidad Xochimilco, defendió el papel transformador de la academia, pues “no podemos limitar nuestra labor a los salones de clase, la universidad debe caminar con los pueblos, construir pensamiento crítico y convertirse en agente activo de cambio”.
En su trayectoria, ha vivido con el pueblo Maya Tojolabal y ha acompañado procesos de defensa territorial en diversos estados del país. Estos vínculos han sido fundamentales para construir una perspectiva que integre lo académico con lo comunitario. “El conocimiento no se produce en soledad. Es resultado de un diálogo constante con la realidad”.
Para la docente, la universidad pública es estratégica en el contexto actual de crisis hídrica, climática y política, su enfoque modular, territorial y crítico permite formar profesionales comprometidos con la transformación social. “Somos parte del Estado, en su sentido amplio, y como tal, debemos asumir nuestra responsabilidad frente a los grandes desafíos de la nación”.
Por último, puntualizó que su inclusión en la lista de los 50 líderes del sector agua en México 2025 no sólo celebra una trayectoria individual, sino que reconoce una forma distinta de hacer universidad: una casa de estudios crítica, comprometida, territorial y profundamente humana.
El apartado Los Líderes del Agua en México, de la revista Líderes Mexicanos “reconoce a las personas más influyentes en la gestión y conservación del líquido en el país. A través de sus conocimientos y acciones, estos expertos trabajan para garantizar un mejor manejo del recurso hídrico, promoviendo políticas sustentables, innovación tecnológica y estrategias para enfrentar los desafíos del cambio climático y la creciente demanda de agua”.
Cortesía de Comunicación Social UAM