Por mucho tiempo creímos ser un país con abundancia infinita de recursos naturales: Roberto Constantino
México tiene una condición crítica en materia hídrica, que si bien no es reciente, se ha convertido en mucho más delicada con el tiempo debido a fenómenos meteorológicos y climatológicos asociados al cambio ambiental global, pero también a que “crecimos creyendo que vivíamos en un país con una abundancia infinita de recursos naturales”, consideró el doctor Roberto Constantino Toto, investigador de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Una falsa creencia de que el país contaba con el recurso que permeó en el imaginario colectivo y en el institucional ocasionó que paulatinamente se fueran postergando decisiones que llevaron a la crisis actual. Sin embargo, “no es que hubiera una ausencia del Estado en la gestión del líquido, sino que, como en cualquier otra nación del mundo, más del 70 por ciento del agua dulce es utilizado en la actividad agrícola”, señaló.
Así, “lo primero que hay que decir es que esta crisis tiene solución y mucho tiene que ver con nuestra capacidad de adaptación, porque ni hay una conclusión inmediata ni una que no implique grandes costos ni esfuerzos por parte de todos, por lo que de manera urgente tendrá que repartirse la reducción en la disponibilidad que dejará de recibir la capital del sistema Cutzamala”, sostuvo en entrevista.
La Red de Investigación en Agua (AgUAM) propone, entre otras recomendaciones en materia de aprovechamiento, priorizar el uso en la preparación de alimentos y almacenar el recurso usado para la higiene personal, al igual que el de la lavadora para ser reutilizado en el sanitario, como ya lo practican en muchos hogares.
El docente del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco expuso que la situación actual, “en la que vemos no sólo a los menos afortunados saliendo a las calles de la metrópoli a exigir el líquido, es preocupante, porque puede convertirse en un fenómeno mucho más incómodo para los capitalinos, si bien no es un escenario crítico como el que vivió Sudáfrica cuando los sistemas de gestión no podían dotar el líquido a la población, puesto que nosotros tenemos todavía el agua de los pozos para poder contender con este fenómeno”.
Además, “no hay que dejar de lado la información del monitor de la sequía que indica hoy que las zonas consideradas con abundancia de agua, como Oaxaca y Chiapas, están siendo golpeadas también; es decir, que esta crisis nos está pegando a todos, por lo que este conjunto de sugerencias es para tratar de contender la falta del recurso en los consumidores domésticos, que va de la mano de una propuesta de empatía”.
El especialista en economía ambiental y modelación estocástica hidrológica explicó que en el Valle de México y su Zona Metropolitana “la mayor parte de los recursos hídricos se emplea o destina para el consumo de los hogares, característica muy particular en relación con el resto del territorio, puesto que es el centro del poder político y capital de la quinceava economía más importante del mundo”.
Entonces, lo que suceda en esta parte se vuelve muy relevante porque va a tener una repercusión en todos los ámbitos de la vida nacional, “por lo cual vale la pena poner en perspectiva cómo es que llegamos aquí teniendo una meteorología normalmente regular y suficiente, haciendo uso del agua y habiéndose involucrado el Estado en el aprovisionamiento y distribución del líquido”.
La situación tiene que ver con el origen del país, “a veces uno se pregunta en el trabajo de investigación por qué tenemos sexenios, de dónde viene esta idea de que la administración pública tiene una periodicidad sexenal y también tiene que ver con el origen fundacional de nuestro país”, mencionó.
La gran tragedia de este recorrido por la historia de México es para dar contexto al problema y es que junto con el agua de los lagos se decidió por obras con base en la modernidad y funcionalidad urbana, lo que ocasionó que se entubaran los ríos.
La Ciudad de México en el siglo XXI “es un territorio donde debajo de su asfalto hay más de 50 ríos, lo cual es trascendental porque el agua de lluvias que baja de las partes altas es desahogada al igual que el drenaje de la capital”.
Ese desaprovechamiento “lleva a importar recursos provenientes de la cuenca o del Sistema Lerma-Cutzamala para completar la disponibilidad en la ciudad. La paradoja es que el líquido que le llueve a la Ciudad de México y se aloja en sus ríos también se va en el drenaje”.
Esta visión de la problemática “que hemos construido colectivamente nos ha llevado a contribuir en procesos de restauración de ecosistemas hídricos, como el trabajo de la doctora Eloísa Domínguez Mariani, profesora del Departamento de Recursos de la Tierra, de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, en la Unidad Lerma, o el proceso de recuperación de zonas lacustres en La Piedad, en el Estado de México, con la doctora Fabiola Sosa Rodríguez -profesora del Departamento de Economía, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades en Azcapotzalco-, o la exploración de la naturaleza de la emergencia de mercados de agua potable de la doctora Delia Montero Contreras, -profesora del Departamento de Economía, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades en la Unidad Iztapalapa-, o el Museo Gota de Agua”.
En la Casa abierta al tiempo “hemos contado con aportaciones de los doctores Jorge Legorreta, Óscar Armando Monroy Hermosillo -profesor del Departamento de Biotecnología, en la División de Ciencias Biológicas y de la Salud, en la Unidad Iztapalapa-, Abelardo González Aragón -profesor adscrito al Departamento de Energía de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería, en Azcapotzalco-, Delia Montero o David Peter Barkin Rappaport -profesor en el Departamento de Producción Económica, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, Unidad Xochimilco-, que han permitido durante tres décadas estudiar la situación del agua en nuestro país y aunque será difícil sí existe una solución, no es esta imagen distópica a la que nos acostumbró la ciencia ficción, pero necesitamos que los diferentes órdenes del Estado se comprometan dándole por la vía presupuestal el reconocimiento e importancia que tiene el líquido para el país”, concluyó el doctor Constantino Toto.
Ve la entrevista en UAMVideos: